Al encontrarme frente a dilemas suelo salirme por la tangente. Eso fue lo que hice ayer.
Tenía que atrevesar Madrid de punta a punta, encontrandose el nucleo central de por donde decía pasar cortado por aquello del incendio. Por ello me plante en una parada de autobús decidido a coger el primero que me acercase a un metro útil.
La casualidad quiso que acabase en mi antiguo barrio, aquel donde crecí. Como hacía una de esas tardes maravillosas de madrid donde el cielo tiene ese azul brillante y el viento te corta al soplar opte por darme un paseo a ver como habían cambiado las cosas los ultimos siete años.
No quedaba ninguna sola de las tiendas que había antes, aunque todo sigue igual de masificado. En mi antiguo colegio han modificado el uniforme y las niñas pueden llevar pantalón en lugar de la faldita, lo que sin duda es una gran perdida. La calle sigue igual de masificada y me satifizo comprobar que no he perdido la habilidad de andar esquivando las muchedumbres.
Sin embargo lo que más me dolió fue que en ninguno de los quisocos donde solía comprar tebeos podría hacerlo ahora ya que no tenían ninguno. Yo que tenía calculado donde llegaban antés y que colecciones iban a cada uno.
Con una punzada de culpabilidad por la perdida de negocio que supusi mi marcha cogí el metro y me fuí a mi tienda donde me di el capricho de comprarme el Complete Bone.
Supongo que con estas 1300 paginas tendre lectura para un par de semanas.
Escrito por Iñaki a las 15 de Febrero 2005 a las 02:36 PMpoco recomendable ejercicio de nostalgia. Yo de vez en cuando también hacia este ejercicio visitando mi Barrio Lucero (donde ya no queda nadie)
Hace mucho que no voy y desconozco el estado de los kioskos... ¿seguira el sr. antonio fumando puros don julian?
Escrito por Pablo Gamo a las 15 de Febrero 2005 a las 07:03 PM